La Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra celebró recientemente el inicio de un nuevo ciclo académico con la inauguración de sus modernas instalaciones, ubicadas en el edificio Juan Alejo de Arizmendi.
En el acto inaugural estuvo presente el Padre Obispo de la diócesis Monseñor Rubén A. González Medina, quien procedió a bendecir las aulas, cubículos, biblioteca y demás espacios que albergarán a estudiantes, docentes e investigadores de esta unidad académica.
Como parte central de la celebración, el Decano de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, P. Dr. Víctor M. Martínez Morales SJ, ofreció una magistral lección inaugural titulada “Nuestra labor teológica actual en América Latina y el Caribe. Un compromiso profético con la humanidad”.
En su disertación, el destacado teólogo jesuita reflexionó sobre los retos actuales de la teología en el contexto latinoamericano y caribeño, marcado por graves crisis y desigualdades, pero también por la riqueza multicultural de sus pueblos y comunidades. Subrayó que la tarea teológica debe ser un compromiso profético con la realidad social, un pensar y actuar al servicio de la justicia, la paz y la vida plena.
Asimismo, explicó que la teología está llamada a dialogar de forma creativa con las culturas y sabidurías ancestrales de los pueblos originarios, así como con los movimientos sociales que luchan por otro mundo posible. Debe ser una teología encarnada, samaritana, que escucha el clamor de los empobrecidos y acompaña procesos de liberación.
Sus reflexiones motivaron a docentes y estudiantes a asumir con pasión la misión de la facultad, cultivando un pensamiento teológico arraigado en la realidad del continente y comprometido en la construcción del Reino de Dios. Las palabras del P. Martínez Morales animaron a todos a vivir la tarea teológica como un servicio profético a la Iglesia y a los pueblos latinoamericanos.
El acto inaugural concluyó con palabras de esperanza por parte del decano de la facultad, quien invitó a la comunidad académica a aprovechar al máximo estas nuevas instalaciones, propicias para la investigación y la docencia teológica de calidad, siempre guiados por el Espíritu de Dios, que impulsa y renueva sin cesar la misión de la Iglesia.
