Mensaje de la CEP en solidaridad con nuestro pueblo, “No más aumentos al costo de la Energía”

“Justicia y verdad son las obras de tus manos, Señor.”

Nosotros, los miembros de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña nos unimos a los esfuerzos de una gran coalición ciudadana que busca evitar que siga en aumento desmedido el costo de la energía eléctrica, por las implicaciones que tiene en la búsqueda de la plenitud de vida y del bien común de nuestro pueblo. En una coyuntura histórica en que la magnitud de la crisis económica local sigue agravándose para los individuos y las familias, en los que la inflación y las condiciones de vida continúan precarizándose y los costos en general para desarrollar adecuadamente la prestación de bienes y servicios esenciales, no puede permitirse que, para satisfacción de unos pocos y premiando la mala gestión pública, sea el pueblo quien siga pagando las consecuencias.

Ya lo advertíamos en el mensaje pastoral previo a las elecciones de 2020:

“Igual preocupación merece la manera en que se continúa respondiendo a la crisis económica que vive el país y a la crisis energética que se ha agravado desde el huracán María. Urge una economía más solidaria, que favorezca el desarrollo de pequeños negocios y empresas familiares, que fomente nuestra agricultura para reducir la dependencia alimentaria y cuyos resultados y ganancias generen verdadera riqueza y desarrollo local. Se requieren medidas que protejan nuestros recursos naturales y que no los sigan exponiendo a la explotación desmedida por unos pocos o por intereses ajenos a nuestro verdadero desarrollo”. (Núm. 15)

Pretender el pago de una deuda que no ha sido auditada, que tampoco tiene garantías de protección constitucional en caso de quiebra, a expensas de las pensiones bien ganadas y merecidas de los obreros de ese sector y de la capacidad financiera de desarrollo a largo plazo del país, atenta contra los principios de solidaridad, justicia y equidad que promueve la doctrina social de la Iglesia, anclada en el Evangelio que predicamos.

Por ello, nos unimos a la convocatoria para la Marcha de Pueblo que ha sido citada para el próximo miércoles, 28 de junio, a las 4 de la tarde en San Juan. Asimismo, exhortamos a quienes no pueden llegar a la misma a unirse a las distintas manifestaciones que ocurrirán en diversos puntos de la Isla. Urge el sentido de hermandad y de unidad para evitar que se nos imponga, junto al pago de la deuda del plan de ajuste fiscal, otro pago a largo plazo que hipoteque nuestro desarrollo y las garantías de un futuro digno para nuestra nación.

Con la confianza puesta en el Dios de la Vida y la protección de su Madre Santísima, nuestra Señora, Madre de la Divina Providencia, ponemos en sus manos nuestro deseo de un mejor país, donde el bien común y la plenitud de todos sea el norte de toda gestión pública.

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